Aprende a organizar una boda sin sufrir ningún ataque de estrés
Existen pocos momentos tan importantes en la vida de una persona como su enlace nupcial, un acto en el cual nos unimos a nuestra pareja en una relación de fidelidad absoluta para toda la eternidad, o al menos eso es lo que se supone en base a la teoría. En cualquier caso, una boda, tanto por su dimensión espiritual como festiva, es un evento de una magnitud incomparable en la vida de cualquier persona, quizás solo superable por el nacimiento de un hijo.
A diferencia de convertirnos en padres, cuando pasamos a ser marido y mujer el acto es mucho más masivo y lúdico, marcándose una diferencia entre un paritorio en un hospital y una ceremonia de unión con su posterior banquete con familiares y amigos. Una boda, al margen de la promesa de unión entre los novios, es una fiesta donde sus seres más queridos celebran su amor, por lo que la organización es tremendamente importante, muchas veces más para la novia que el novio, ya que las mujeres suelen dar más importancia a las bodas, quizás porque se saben que son las auténticas protagonistas de la jornada.
Esta importancia capital de las bodas hace que su organización sea un proceso largo y complejo, el cual se suele alargar durante muchos meses, llegando a poder superarse el año de planes. Además del tiempo, se debe de tener en cuenta que la cantidad de detalles a planificar es abrumadora, por lo que no es raro que muchas veces la organización de una boda termine convirtiéndose en una auténtica odisea que exige sudor y sangre. Todo esto puede terminar provocando un enorme estrés, ya que son demasiado los detalles que se deben de tener en cuenta, lo que obligatoriamente se traducirá en una novia con los nervios a flor de piel y más preocupada por todo lo que puede salir más que por disfrutar de su día más especial.
Así, que si somos una novia o un novio enfrascados en la organización de una boda, o simplemente somos un amigo o familiar cercano a una pareja que se encuentra en dicho proceso, lo mejor es tener en cuenta una serie de consejos básicos para evitar en todo momento que el estrés termine gobernando la vida de los novios. La organización de la boda puede ser tan divertida y alegre como el propio enlace, por lo que más vale aprender a dejar el estrés de lado y disfrutar de la planificación del fin de la soltería.
- Ten claro la importancia de cada apartado. A la hora de organizar una boda tenemos que aprender a no ahogarnos en un vaso de agua, algo en lo que tiene especial importancia la clasificación de todos los puntos a tratar. Evidentemente no es igual de importante el vestido de la novia, como buscar alquiler de departamentos en Perú para la vida marital, o elegir el tipo de tarta que se servirá durante el banquete. Es obvio que muchos defenderán que todo detalle es igual de importante, pero lo cierto es que es necesario saber cuanto tiempo dedicar a cada cual.
- Márcate una agenda de hierro. La organización de una boda abarca tantos puntos que no podemos intentar hacerlo todo al mismo tiempo, ya que terminaremos totalmente saturados. Lo mejor es crear un calendario en el que repartir todas las labores a hacer en el tiempo. Este consejo es mejor seguirlo desde el primer día, ya que podemos terminar dejando demasiados temas para última hora y encontrarnos con la fecha de la boda a la vuelta de la esquina e infinidad de puntos sobre el enlace que no se han cerrado de forma conveniente.
- Busca todas las herramientas a tu alcance. La organización de una boda actualmente tiene poco que ver con la misma labor hace solo una década. En los últimos tiempos han surgido infinidad de empresas especializadas en puntos muy concretos de la organización de este tipo de eventos, no solo hablamos de empresas dedicadas al catering o la fotografía, ya que podemos encontrar otras que nos pueden suministrar desde flores especiales hasta músicos para la ceremonia o el banquete. Lo mejor de todo esto, es que esta amplia oferta de servicios es muy fácil de encontrar gracias a Internet. Basta con una consulta los avisos gratis de la red para acceder a un amplio listado de estas empresas, donde fácilmente podemos comparar precios y condiciones.
- Una boda exige el trabajo de más de una persona. En este caso volvemos a referirnos principalmente a las novias, ya que conocedoras de la importancia de su día especial tienen la necesidad de supervisar hasta el último detalle para asegurarse completamente de que nada saldrá mal. Aunque el objetivo es comprensible, su traslación suele significar que la novia termina con diez mil cosas mezcladas en la cabeza. Para evitar esto, la novia debe aprender a delegar en sus amigos y allegados, con el fin de que estos cierren los detalles más nimios o se encarguen de lo que la novia no puede. Este consejo significa que la novia debe delegar, ya que de poco sirve pedir ayuda a alguien y supervisar absolutamente toda su labor.
- Aprende a ser feliz. Esta recomendación es un poco menos optimista, pero también debe de ser tenida en cuenta. En una boda, siempre saldrá algún pequeño despunte, es imposible que todo funciones con la precisión de un reloj suizo, ya que entran en juego demasiados factores y son muchas las personas que están inmiscuidas. Esto no quiere decir en ningún momento que debemos aceptar que la boda no será perfecta, ya que este objetivo no se debe abandonar nunca. Lo que si debemos hacer es no permitir nunca que pequeños detalles secundarios nos arruinen el enlace, ya que si todo lo importante marcha bien debemos limitarnos a disfrutar de la boda.
- Disfruta y mímate. Al final, una boda está destinada a los contrayentes, por lo que ellos deberían ser lo más beneficiados por la ceremonia. Durante la boda no te conviertas en un analista que se pasea verificando que todo está bien, ya que ese trabajo terminó el día antes. Además, antes del propio día de la boda, duerme y come bien, para estar lo más relajado posible y no llegar a la boda con ojeras.
Mi agradecimiento a Liliana
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